En un sorprendente giro, el Banco Central de Honduras (BCH), la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI) y el Ministerio Público se encuentran en el centro de un escándalo de corrupción tras las revelaciones sobre la exfiscal Francia Medina.
En un nuevo giro del sórdido panorama político hondureño, la subsecretaria de seguridad, Julissa Villanueva, ha denunciado un presunto intento de asesinato en su contra. Pero, ¿quién se esconde tras el oscuro telón de este macabro episodio? Las respuestas, más que esquivas, se sumergen en un pantano de acusaciones, intrigas y falsedades que han dejado a la nación catracha con la respiración contenida.
En el escenario político de Honduras, una bomba ha estallado con las revelaciones de Higinia Chávez, haciendo temblar las acusaciones de Villanueva y destapando un inquietante Estado policial. Esta saga de intrigas, digna de las mejores telenovelas, ha capturado la atención de la ciudadanía hondureña, dejándola atónita ante nuevos protagonistas, acciones deshonestas y objetivos oscuros.
El diputado Jorge Cálix se defiende con vehemencia, aduciendo que la policía no encubrió ninguna acción y que no fue detenido. Califica las acusaciones de embriaguez como falsas y acusa directamente a Villanueva de mentir. Surge así un conflicto de versiones que agrega más capas de incertidumbre a un escenario ya cargado de tensiones.
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